La sala, a oscuras. En la pantalla, una cueva, un niño entre los sudores de un día caluroso y el nacimiento de su sexualidad. Un joven se lava frente a él, desnudo, mostrando sus atributos ante la cámara...
Envidio a los que no habéis leído aún Calvin y Hobbes, pero vais a hacerlo en algún momento. Os envidio porque aún os queda la risa, la sorpresa y el impacto que produce la primera lectura del cómic de Bill Watterson...
La actual avalancha de películas y series televisivas de gente que vuela y hacen cosas como lanzar rayos y atravesar las paredes a cabezazos parece indicar que aunque no es la primera vez que los superhéroes aparecen en la pantalla, esta vez han venido para matarnos de una sobredosis...
“La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia”, decía Allan Poe. Y así de ancho respondía para explicar sus peculiaridades...